IV CONGRESO DE LA C.N.T.Celebrado en Zaragoza del 1 al 10 de mayo de 1936

IV CONGRESO DE LA C.N.T.
Celebrado en Zaragoza del 1 al 10 de mayo de 1936
ACUERDOS DIVERSOS
TOMA TAQUIGRÁFICA DE LAS ACTAS DEL CONGRESO
- El Congreso aprueba que por la importancia del comicio, se tomen las actas
taquigráficamente y se repartan rápidamente entre los delegados, así como que se
acuerde pagarlos de los fondos del «CNT».
SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS
- El Congreso aprueba la proposición de que se mande un saludo fraternal a todos los
presos.
- El Congreso acepta por aclamación la proposición del Comité Nacional para que el
Congreso acuerde dirigir un saludo a todos los presos sociales e incluso a todos los
denominados comunes de todo el mundo, deseándoles pronta libertad.
- El Congreso hace suya la proposición de Construcción de Huelva en la que propone que
el Congreso eleve su protesta a las autoridades de California por el encarcelamiento
injusto de Tom Monney y Wielling, que desde hace veinte años están privados de libertad
arbitraria e injustamente.
- El Congreso acepta la siguiente proposición:
Enterado este Congreso de los sufrimientos y martirios de los presos de Orán, por
conducto de «Solidaridad Obrera», y en vista de que dichos camaradas han sido los
primeros en saludar al Congreso, esta delegación propone que se pida al gobierno
francés su libertad, por entender que su detención es injustificada y procedente de una
venganza.
- El Congreso aprueba una proposición urgente por la cual el Congreso debe dirigirse al
Ministro de Justicia en pro de una ampliación de la amnistía y para que ésta abarque a los
procesados y condenados por delitos comunes.
HORARIO Y PROCEDIMIENTO CONGRESUAL
- El Congreso acepta la proposición sobre el número de horas de las sesiones del
Congreso que dice:
Hacer dos, de 9 a 1 por la mañana y de 3 o 3 y media a 8 de la noche.
CONTROL ESTADISTICO DE ADHERENTES NO REPRESENTADOS
- El Congreso acepta la proposición que en vista de que faltan muchos adherentes a la
C.N.T. que no están representados ni constan en las estadísticas, y dada la trascendencia
de este comicio que debe responder con exactitud al valor actual de la Confederación
Nacional del Trabajo, la Comisión de Credenciales de acuerdo con los Comités
Regionales, proceda al examen de los Sindicatos que faltan y les pidan los datos
necesarios para dar una relación definitiva que responda al control de la Confederación.
- El Congreso acepta la proposición que no se dé ninguna relación a la prensa hasta que
se sepan los datos concretos de la constitución del Congreso.
- El Congreso acuerda que dándose el caso de que la mayoría de las adhesiones leídas
implican una adhesión efectiva a la C.N.T., se deben cotejar ya que no está aquí
representado ni directa ni indirectamente el total de sus adherentes para que sepamos

con más exactitud cuantos son nuestros efectivos. Quedando encargados de realizar este
trabajo los Comités Regionales de acuerdo con la Comisión Revisora de Credenciales.
REPRESENTACIÓN DE COMITÉS PRO-PRESOS EN EL CONGRESO
- El Congreso aprueba la proposición que ateniéndose a las normas confederales que
regulan nuestra actividad resulta que los Comités Pro Presos son apéndices de los
Comités Regionales. Son estos los que deben de informar en todo caso. Por lo tanto,
entiende que no ha lugar a deliberar. Los Comités Pro Presos no deben estar
representados.
REPRESENTACIÓN DE LAS FEDERACIONES DE INDUSTRIA EN EL
CONGRESO
- El Congreso valida la delegación de la Federación Nacional de Industria Vidriera en base
a que ésta viene a este Congreso en carácter informativo. Además su delegado es
vidriero de toda su vida. Por acuerdo de las Secciones se eligió Barcelona como sede de
la Federación y el delegado que se impugna como secretario de la misma. No se olvide
que es delegación informativa.
IMPUGNACIÓN DE DELEGADOS
- El Congreso aprueba sobre la impugnación de un delegado que ésta se resuelva en el
orden local; mientras tanto el delegado impugnado puede continuar en el Congreso.
IMPUGNACIÓN DE DELEGACIONES INDIRECTAS EN EL CONGRESO
- El Congreso aprueba las manifestaciones de Fabril de Barcelona que tratan sobre la
impugnación de dos delegaciones indirectas y que dice así:
Nos constan las buenas dotes del compañero Pérez. Pero lo impugnamos ayer no como
camarada sino porque las delegaciones deben ser directas y no indirectas, ya que este es
el acuerdo del Congreso de 1931; y si bien es cierto que los acuerdos pueden rectificarse,
no lo es menos que para rectificar éste precisaba haberse incluido en el orden del día de
este Congreso para que hubiese sido discutido en las asambleas. Es preciso no caer en
contradicciones y observar una línea recta. Para ello nos sometemos a la interpretación,
en su espíritu y letra, del acuerdo de 1931, mientras no sea rectificado como se debe
después de discutido. Por lo tanto, reconociendo las buenas dotes de militante del
compañero rueda como ayer reconocíamos las del compañero Pérez, entendemos que no
puede aceptarse su delegación indirecta.
RESIDENCIA DEL COMITÉ NACIONAL
- La residencia del Comité Nacional será en Madrid.
PROPOSICIONES PARA ABREVIAR LAS TAREAS DEL CONGRESO
- Se acuerda que en lo sucesivo las aclaraciones y enmiendas a actas se harán por
escrito.
- El Congreso acepta por aclamación la siguiente proposición presentada por los
delegados de Levante que dice así:
Las delegaciones de Levante, reunidas esta mañana, considerando que la forma en que
se han desarrollado las sesiones del Congreso, y particularmente la tercera, imposibilita
una tarea eficientemente práctica para el Congreso y la solución de los problemas
planteados estiman:
1º Que todas las delegaciones deben ceñirse a la más estricta concreción y
sensatez. Que para dar al Congreso esta línea de corrección es preciso que
se pidan las palabras antes de comenzar la discusión de un punto, y que si
alguien quiere pedirla en el intervalo de la discusión que lo haga al final de
las intervenciones, guardando mientras el más correcto silencio.
2º Que se supriman totalmente las palabras de «orden», «aclaraciones»,
«previas», «eléctricas», etc.
- Se da lectura a la siguiente proposición de urgencia:
Estas delegaciones, considerando en la forma en que transcurren las sesiones,
descentradas del orden de discusión, y que por mucho tiempo de que dispongan los
delegados la norma seguida agotará el que puedan disponer, colocándolas en el trance
de tener que regresar a sus respectivas localidades sin haber podido agotar el orden del
día, proponemos al Congreso:
«Que sean designadas Ponencias dictaminadoras que sirvan de base de
discusión, y que al centrar las discusiones en torno a un orden lógico que no
supondrá ni mucho menos limitación para los delegados, se obtendrá una
economía de tiempo. Por otra parte, insistimos en que sea aceptada esta
proposición con tanto mayor motivo cuanto que se evitará que los asuntos
sean discutidos dos veces, cosa que nos hace perder doblemente el
tiempo.»
Después de intervenir delegaciones, unas en pro y otras en contra, se aprueba proceder a
la designación de ponencias para los puntos del orden del día, sobrentendiéndose que no
es nada acabado puesto que los dictámenes que estas presentan han de ser discutidos
por los delegados no coartándose, por lo tanto, la libertad de expresión y defensa de
criterios.
- El Congreso aprueba la siguiente proposición:
Considerando que para bien de todos y provecho del Congreso es necesario regular los
debates sin restringir el derecho de expresión de nadie; vista la forma un tanto anormal de
discutir que determina que los acuerdos se adopten por cansancio, proponemos:
1º Que los delegados de los Comités se limiten a informar sintéticamente cuando para ello
sean requeridos.
2º Cada delegación no podrá hablar más de una vez para un mismo asunto, consumiendo
un turno máximo de 15 minutos, por entender que con este tiempo basta y sobra para
explicar y razonar los acuerdos de un Sindicato. En casos excepcionales, y cuando el
delegado haya sido aludido directamente podrá consumir un turno para rectificar si con
ello contribuye al esclarecimiento de la discusión.
3º Los delegados procurarán no repetirse y cuando se presenten dictámenes y votos
particulares hablarán únicamente los que tengan que impugnarlo o ampliarlo y los
ponentes para defenderlo.
- El Congreso acepta la siguiente proposición:
Que las delegaciones campesinas de toda España reunidas en este magno Congreso se
reúnan lo antes posible en dos sesiones consecutivas y por separado del resto de las
demás delegaciones. La primera, en la que se abra debate sobre el problema agrario y
organización campesina. La segunda en la que se de conocimiento de este dictamen que
después será sometido a la deliberación y aprobación del Congreso.
- El Congreso acepta la siguiente proposición incidental:
Que los campesinos nombren a tres campesinos para que integren la ponencia sobre el
punto «Concepto Confederal del Comunismo Libertario».

DIFUSION DEL MITIN DE CLAUSURA
- El Congreso acepta la propuesta de que sea el Comité Nacional el que quede facultado
por el Congreso para organizar el mitin de clausura y el cuadro de oradores, así como
para que realice las gestiones necesarias para que se autorice la radiación del mitin.
Posteriormente el Comité Nacional en la 17ª sesión informa lo siguiente:
Hemos hecho las gestiones oportunas para que el mitin fuese radiado. El Gobierno no
autorizará la radiación del mitin. Y la estación de aquí no es capaz de transmitirlo, la
compañía Telefónica nos pide el mismo precio que si se tratase de conferencia. Así que
no es posible realizar nuestros propósitos.
DICTAMEN DE LA COMISIÓN REVISORA DE CUENTAS
La Ponencia Revisora de cuentas lee el siguiente dictamen:
Al Congreso: La Ponencia encargada de dictaminar sobre las cuentas del Comité
Nacional y Comité Nacional Pro-Presos, manifiesta que revisados los libros con toda clase
de escrupulosidad y con detalles minuciosos facilitados por los compañeros que
componen los Comités, las encuentra en regla.
El hacer un estadillo para todos los congresistas sería labor ardua por el mucho trabajo
que en las oficinas pesa sobre las distintas ponencias tan interesantes que en el
Congreso se debaten.
Nuestro trabajo fue pesado debido a la minuciosidad que esta clase de cosas representa.
Pero a pesar de todo entregamos informe completamente detallado al Comité Nacional
con el compromiso por parte de éste de enviarlo a todas las Regionales. Esto es cuanto
podemos adelantar para la satisfacción de todos los congresistas, mostrando nuestra
gratitud por la confianza depositada en nosotros para labor tan interesante.
PRENSA
- Aprobación de moción incidental protestando contra la previa censura a la Prensa que
yugula la libertad de expresión y de pensamiento.
- El Congreso aprueba nombrar una ponencia que presente un dictamen sobre la
reaparición del diario confederal.
SINDICATOS DE OPOSICIÓN
- Después de las intervenciones, en este orden, sobre los Sindicatos de Oposición, del
Comité Nacional, Federación Local de Sindicatos de Oposición de Valencia, Oposición de
Cataluña, Oposición de Huelva, Comité Nacional de los Sindicatos de Oposición, Oficios
Varios de Sabadell, Productos Químicos de Valencia, Local de Algeciras, Construcción de
Barcelona, Fabril y Textil de Barcelona, Cartagena, Madera de Valencia, Agua de Alcoy,
Oficios Varios de Murcia, Oficios Varios de Igualada, Alimentación de Málaga, Madera de
Barcelona, Construcción de Madrid y Hospitalet de Llobregat, el Congreso acepta la
propuesta incidental de Fabril de Barcelona que dice:
Proposición al Congreso: En vista de la cantidad de palabras pedidas y de la necesidad
de llegar rápidamente a un acuerdo, las delegaciones que suscriben proponen al
Congreso:
«Que se pase al nombramiento de una Ponencia integrada por delegados elegidos por el
Congreso y por delegados elegidos por los Sindicatos de la llamada Oposición que, sobre
la base de reconocimiento y respeto recíproco de los acuerdos de los Congresos, dé fin al
pleito oposicionista. Creen las delegaciones firmantes que todo diálogo empeora el asunto
y que es preciso continuar el orden del día.»

DICTAMEN:
El problema de la Oposición aparece en su expresión orgánica posteriormente a la caída
del régimen dictatorial monárquico, que produjo en nuestro país la existencia de factores
revolucionarios de tipo social. Estos factores revolucionarios dieron origen a dos
interpretaciones acerca del encauzamiento de las fuerzas revolucionarias de la C.N.T. y
las dificultades de conciliarlas, por circunstancias de tipo puramente formal, fueron
determinantes de un hecho de escisión que no puede fundarse en desacuerdo
fundamental con los principios básicos de la C.N.T. El proceso revolucionario, a partir de
entonces, y las actuales circunstancias revolucionarias, han determinado la desaparición
de aquellas diferencias de interpretación y la coincidencia formal de la situación del
momento. Por lo tanto, estimamos que, al margen de lo anotado, estamos de acuerdo con
los principios fundamentales y finalidad de la C.N.T., y proponemos al Congreso acuerde:
1º Los Sindicatos de Oposición cesan de construir organismos al margen de la C.N.T.,
incorporándose a las normas establecidas en la misma.
2º Este acuerdo significa el término del problema de la Oposición sobre la base de
acatamiento a los principios y tácticas aprobados en los Congresos, como expresión de la
soberanía de los Sindicatos reunidos en sus asambleas, como norma federal para todos
los componentes de la Confederación Nacional del Trabajo sin excepción.
3º Para el cumplimiento de estos acuerdos y el acoplamiento consecuente, consideramos
necesarios los siguientes procedimientos:
a) A partir de la fecha de la terminación de este Congreso, los organismos
regionales de las regiones afectadas se pondrán de acuerdo para la
convocatoria de los Congresos regionales respectivos.
b) Será condición indispensable que a la celebración de estos Congresos
precedan las asambleas de fusión en cada localidad de aquellos Sindicatos
que se hallen duplicados, convocados conjuntamente por las Juntas
respectivas, a los efectos de nombramiento de las Juntas de los Sindicatos y
delegados a la Federación Local.
c) Interín este acuerdo se plasma en realidad, los órganos en la Prensa de
los Sindicatos de la Oposición dejarán de tener este carácter, y mientras
existan, serán órganos de la C.N.T., sujetos a su orientación general.
4º El Congreso determina que el cumplimiento de este acuerdo debe llevarse a efecto en
un plazo máximo de dos meses para aquellos Sindicatos que para acudir a este Congreso
han celebrado las respectivas asambleas, y de tres meses para aquellos otros que no se
han reunido de la misma manera, sin que esto implique que la imposibilidad material bien
probada se considere como desacato al acuerdo.
PARO FORZOSO
Ponencia: Hemos transigido en nuestros puntos de vista particulares para ceñirnos a
elaborar un dictamen condensador de las decisiones de los Sindicatos. Las delegaciones
deben tener muy en cuenta esta circunstancia para evitar discusiones, transigiendo algo
en sus criterios.
DICTAMEN:
Al abordar el problema del paro forzoso nos encontramos con que ha sido tratado de muy
distintas maneras y con resultados problemáticos unos, dudosos otros, y nulos,
antihumanos e injustos los demás. Por ejemplo: Inglaterra ha ensayado el recurso de
subsidios contra el paro significando este procedimiento un fracaso absoluto, ya que
paralelamente a la miseria de las masas socorridas con indignante subsidios, se produce

la ruina económica del país al tener que sostener parasitariamente a sus millones sin
trabajo con cantidades que, aunque no eran fabulosas por su importancia real significaban
la inversión de las reservas económicas del país en una obra filantrópica, sí, pero no
reproductiva ni creadora de riqueza. Esta medida que al fin de cuentas puede
considerarse como un paliativo de los efectos del paro obrero no aporta ninguna solución
al problema.
El paro obrero, que ha sido ocasionado por el desarrollo de la maquinaria, desarrollo tan
notable que permite que una mujer cuide hoy veinte telares cuando ayer sólo podría llevar
uno o dos, ocasionando también por la irrupción de la mujer en las actividades de
múltiples trabajos que antes estaban reservados a los hombres; el paro que, en fin, es un
producto de múltiples contradicciones capitalistas, no puede, no debe de ser solucionado
por la clase trabajadora imponiendo a ésta el sacrificio de repartir el trabajo en las
condiciones que hoy se hace. La razón queda perfectamente explicada si tenemos en
cuenta que el paro tiene su determinación en el desarrollo siempre creciente del
maquinismo y en la irrupción cada día más numerosa de las mujeres en el mundo de la
producción. En estas condiciones el paro obrero no solamente no tendrá fin, antes el
contrario, puede afirmarse que tenderá a extenderse de tal manera que, siguiendo el
procedimiento del reparto del trabajo, las masas obreras llegarían a trabajar solamente
dos, uno y hasta medio día a la semana. Y este reparto que a simple vista parece estar
inspirado por móviles generosos y altruistas, en la práctica sería la causa del
empobrecimiento y depauperación de las masas obreras.
Sin embargo, en potencia la solución está dentro de este sentido del reparto del trabajo.
Repartir el trabajo, sí, pero sin que se produzca el más leve decrecimiento en la
capacidad adquisitiva de los trabajadores. La máquina ha venido a libertar al hombre del
esfuerzo agotador del trabajo organizado. Y puede afirmarse hoy que dentro de los
grandes contrasentidos del régimen, el mayor de ellos lo constituye el hombre libertado de
la esclavitud del trabajo muriéndose de hambre.
La máquina, según ya previó Aristóteles hace más de mil años, liberta al hombre. Pero el
régimen capitalista lo mata de hambre. Nunca la libertad puede ser causa de muerte, el
que así sea se debe a la permanencia artificial de un régimen, el capitalista,
completamente agotado. urge, pues, para la salud moral y material de la humanidad, que
las masas obreras se apresten a terminar con el régimen capitalista y a organizar ellas
mismas todo el sistema productor y distribuidor de la riqueza social. Es la única manera
de que se pueda encontrar solución en forma definitiva al problema del paro obrero. Pero
a nosotros nos está encomendado a más de señalar las rutas de la definitiva solución y
redención de todos los trabajadores, encontrar y proponer remedios, si los hay, al hambre
que atenaza hoy, en este mismo instante, a las masas en paro forzoso.
Para ello, sin olvidar que el fin de los sufrimientos que afectan al proletariado lo
encontrará éste en la revolución social, proponemos que la Confederación Nacional del
Trabajo haga suyos y procure poner en práctica los siguientes objetivos, que a nuestro
parecer, aunque solamente en carácter paliativo, podrían contribuir en gran manera a
atenuar los efectos del paro forzoso:
1º Jornada de 36 horas semanales sin disminución de sueldos y aumento de la ocupación
de brazos en proporción a la disminución de jornada.
2º No consentir el cierre de fábricas, incautándose los sindicatos de las que se cierren
para explotarlas en común.
3º Abolición de la duplicidad de empleos y profesiones fijas y eventuales.
4º Abolición del trabajo a destajo, primas y horas extraordinarias.

5º Constitución de las Bolsas de Trabajo dentro de los Sindicatos.
6º Reclamar del Estado, Municipios y Diputaciones, la intensificación de obras de carácter
nacional, municipal y provincial, como puentes, puertos, canalización de ríos, repoblación
de montes, urbanización de las ciudades, higienización de las viviendas y de todas
aquellas obras productivas con salarios de tipo sindical a cargo de los presupuestos
ordinarios y extraordinarios de estas instituciones.
7º Retiro obligatorio a los 60 años para los hombres y a los 40 para las mujeres con el
70% del sueldo.
SITUACIÓN POLÍTICO-MILITAR
DICTAMEN:
Entendiendo que en el fondo de este apartado se refiere a la posición del organismo
confederal a todos los problemas que la situación política y social le crea, lo mismo en el
orden interior que en el exterior, abarcaremos los dos aspectos con brevedad y precisión.
Teniendo en cuenta que España atraviesa una situación francamente revolucionaria, y
que si la C.N.T no procura salir en defensa de las libertades escamoteadas por todos los
gobernantes de derechas y de izquierdas, queda su acción circunscrita al capricho de los
flujos y reflujos de la política, es necesario que se convenga en una acción común para
combatir a fondo todas las leyes represivas y las que van contra la libertad de asociación
y expresión del pensamiento.
Reconociendo el fracaso del actual régimen democrático y creyendo que la actual
situación política y social no tiene solución en el Parlamento, y que al desatarse éste
puede provocar una reacción derechista o bien una dictadura -no importa de qué clase-
debe ser la C.N.T., reafirmando sus principios apolíticos, quien se lance abiertamente a
demostrar la ineficacia y el fracaso del parlamentarismo.
Considerando que, a pesar de que se haya conseguido arrancar de cárceles y presidios a
centenares de compañeros nuestros, acogiéndonos a los beneficios del decreto de
amnistía otorgado por el gobierno Azaña, el 20 de febrero de 1936, y que no ha sido ésta
lo amplia que quería el pueblo, quedando exceptuados muchos por delitos de carácter
social, y otros por tenencia de armas, explosivos, etc., que su delito consiste y está
basado en el desorden político y social existente, y que los que hasta hoy han sido
amnistiados se encuentran por su intervención en los hechos, imposibilitados de poder
actuar, convenimos en que precisa una actuación que sólo a la C.N.T. compete.
Es conveniente, también, no perder de vista que en España existe una región autónoma,
cuyo gobierno, dado su carácter nacionalista, puede enfrentar a la C.N.T. con las
organizaciones obreras que fomenta, con graves perjuicios para toda la organización, en
el aspecto nacional, y que por lo tanto necesita una especial atención.
Reconociendo que van tomando carácter alarmante las provocaciones fascistas por parte
de elementos poco escrupulosos, llegando al extremo de atentar contra la vida de los
trabajadores que ostentan ideologías distintas a las suyas, la C.N.T. no puede contemplar
impasible cómo se desarrollan en la sombra complots terroristas y debe puntualizar su
posición contra el fascismo.
El panorama político-social internacional, agravado considerablemente por el paro
forzoso, nos demuestra claramente que desembocará fatalmente con caracteres trágicos
en una nueva guerra. La inutilidad de la Sociedad de Naciones requiere de una manera
especial nuestra atención.
Por otro lado, prestándose a la intervención rápida en el litigio, si estalla, nos hace pensar
que sólo de la fuerza organizada de los proletarios, pueden esperarse resultados positivos

para evitar la hecatombe.
A tal efecto proponemos:
1º Desplegar una amplia campaña de propaganda en la tribuna y en la Prensa, contra
todas las leyes represivas y que atentan a la libertad individual y colectiva; ley de Vagos y
Maleantes, Orden Público, Asociación (8 de abril), pena de muerte, etc., creando el
estado de opinión necesario para exigir de los poderes constituidos la derogación de las
mismas.
2º Intensificar la propaganda de descrédito e incapacidad hacia todos los partidos
políticos, haciendo ver al pueblo que la solución de sus problemas, no es una cuestión de
cambio de orden, sino de régimen y de estructuración de la sociedad, aprovechando en
todos cuantos actos se organicen la oportunidad para levantar un estado de opinión
favorable a la revolución comunista libertaria.
3º Exigir la ampliación de la amnistía para todos aquellos presos sociales que
permanecen en la cárcel y para los comunes derivados sociales, cuyo delito está basado
en la desigualdad económica, y la anulación de todas las fichas antropométricas de los
amnistiados y cumplidos. Asimismo se exigirá para los prófugos del servicio militar.
4º En caso sumamente necesario, la organización confederal, con carácter nacional, se
aprestará a tomar las medidas más eficaces para ayudar a la organización de Cataluña y
a las de las demás regiones que pudieran hallarse en el mismo caso, ya que aquella
región recibe las consecuencias represivas de dos gobiernos, y que además puede el
gobierno autónomo imponer sus organizaciones en detrimento de la C.N.T.
5º Que la organización confederal intervenga de una manera directa y decidida contra el
fascismo, impidiendo su desarrollo y la acción fascistizante en fábricas, talleres y demás
lugares de trabajo.
6º Emprender una campaña de agitación oral y escrita contra la guerra y contra todo
aquello que tienda al desarrollo de la misma. Creación de comités antimilitaristas que
establezcan una relación directa con la A.I.T., para estar al corriente de las cuestiones
internacionales y fomentar entre la juventud, por medio de octavillas y folletos, la aversión
a la acción guerrera y la negación al ingreso al servicio militar.
7º En caso de que el gobierno de España declarase una movilización bélica será
declarada la huelga general revolucionaria.
REFORMA AGRARIA
DICTAMEN:
Hemos escuchado las manifestaciones, dictámenes y anotaciones de las distintas
delegaciones de campesinos que asisten a este Congreso extraordinario de la
Confederación nacional del Trabajo. Hemos vivido y vivimos la vida del terruño, de un
extremo a otro de España, y cada vez más es en nosotros pesadilla el no encontrar una
solución inmediata sin que no tengamos para ello que trastrocar todos los valores del
régimen social presente por medio de la revolución manumisora. La solución de los
distintos problemas de la tierra es de tal variedad, de región a región, y hasta de zona a
zona, que es muy difícil poder encuadrarla en una determinada modalidad de lucha: tan
distintas características presenta el agro español.
Hay, para que dudarlo, una aspiración común en cuantos vivimos del terruño, la redención
de la tierra y nuestra propia redención. Harto demostrado está la decadencia del sistema
capitalista, hoy ya en quiebra fraudulenta, por sus contradicciones, al no poder resolver
sus propios problemas económicos, ni haber sabido colocar a la clase productora en
condiciones en que pudiera ser consumidora de lo que la tiene privada por falta de

capacidad adquisitiva. Tal situación ha inducido al proletariado a determinaciones
revolucionarias, hasta el extremo de hacer tambalear al capitalismo y a su incondicional
servidor el Estado.
Como quiera que todo lo que vive se resiste a morir, el capitalismo apela con habilidades
a crearse defensores, por tener agotadas ya todas las reservas propias; cree que podría
encontrar fuerzas en los cinco millones de campesinos hambrientos que hay en España, y
para ello pretende obsequiarnos con un proyecto de ley de Reforma Agraria, cuya
finalidad es salir al paso del proletariado en general en su marcha ascendente hacia la
liberación total.
LA C.N.T. ANTE LA REFORMA AGRARIA
Estamos convencidos de que la Reforma Agraria no podrá satisfacer las aspiraciones de
los campesinos, por una serie de razones que vamos a analizar.
Aunque la Reforma Agraria diera la tierra a los campesinos, máximo a que puede llegar el
capitalismo, no sería más que una vana ilusión que las realidades se encargarían de
desvanecer, aunque la vieran libre de todas las cargas tributarias del Estado, cosa
materialmente imposible, dadas las cifras fabulosas de miles de millones de pesetas para
el sostenimiento de sus órganos de defensa.
Siendo el Estado un aparato improductivo, exige impuestos indirectos a la producción,
que determinan la desvalorización de los productos de la tierra, lo que determina, a su
vez, que el campesino, productor y consumidor al mismo tiempo, sea doblemente
diezmado.
Para demostrar nuestras afirmaciones está como fiel reflejo la crítica situación de los
pequeños propietarios que viven bajo el peso abrumador de sus miserias, determinadas
por las causas dichas, en las zonas de Galicia, Asturias, Vascongadas, Cataluña y
Levante, donde existen en grandes proporciones estos pequeños propietarios, y en menor
proporción en las regiones de Castilla, Andalucía y Aragón.
Por otra parte, no basta con entregar la tierra a los campesinos si no va acompañada de
todo lo inherente a su explotación moderna, como es la mecánica, la química, las obras
hidráulicas, etc., que permiten la industrialización de la agricultura para que el dolor
dimanado del esfuerzo humano pueda ser suprimido por la fuerza motriz del mecanismo,
lo que permitiría las medidas necesarias para elevar al campesinado a hombre civilizado
del instrumento de producción y bestia de carga que es actualmente.
A pesar de todo, el capitalismo va a lo suyo y la Reforma Agraria será un hecho. ¿Qué
actitud ha de ser la nuestra ante la Reforma Agraria?
Si convenimos en que la Reforma Agraria ha de ser un hecho consumado, queramos o no
nos plantea un grave problema, como es el de no perder el control de las masas
campesinas y su preparación para nuestros fines de transformación social. Así, ¿tenemos
que aceptar o tenemos que rechazar la Reforma Agraria?
A juicio de esta Ponencia, nos vemos obligados a salir de este callejón sin salida dándole
una solución colectiva, tanto en los asentamientos de campesinos que la Reforma
determina, como en las distintas modalidades de explotación de la tierra, que podríamos
condensar en la creación de comunidades de campesinos.
Aquí encuadra algo de lo que fue acordado en nuestro Primer Congreso Extraordinario,
que es como sigue: «Que si el Gobierno y los terratenientes no tienen interés en llevar a
cabo una reforma que cambie profundamente el régimen de la propiedad agraria, los
elementos laboriosos del campo organizados en la C.N.T. creen llegado el momento de
imponer una solución radical al problema agrario que responda a los principios de una
justicia social estricta y redunde en beneficio de todos los productores explotados del 

campo, sean jornaleros, arrendatarios, labradores o aparceros.»
De la solución que demos a este complejo problema depende la vida o muerte de nuestra
organización campesina y el triunfo de la revolución en nuestro país, porque sin que los
trabajadores de la tierra se hallen enrolados en una organización de tipo revolucionario lo
suficientemente estructurada no será posible la consecución de nuestros objetivos. Por
consiguiente, el Congreso fija su actitud frente a la Reforma Agraria formulando las
siguientes reivindicaciones:
a) Expropiación sin indemnización de las propiedades de más de 50 hectáreas de tierra.
b) Confiscación del ganado de reserva, aperos de labranza, maquinarias y semillas que
se hallen en poder de los terratenientes expropiados.
c) Revisión de los bienes comunales y entrega de los mismos a los Sindicatos de
campesinos para su cultivo y explotación en forma colectiva.
d) Entrega proporcional y gratuita en usufructo de dichos terrenos y efectos a los
Sindicatos de Campesinos para la explotación directa y colectiva de los mismos.
e) Abolición de contribuciones, impuestos territoriales, deudas y cargas hipotecarias que
pesen sobre las propiedades, aperos de labranza y maquinaria que constituyen el medio
de vida de sus dueños y cuyas tierras son cultivadas directamente por ellos, sin
intervención continuada ni explotación de otros trabajadores.
f) Supresión de la renta en dinero o en especie, que los pequeños arrendatarios,
«rabassaires», colonos arrendatarios forestales, etc., se ven obligados actualmente a
satisfacer a los grandes terratenientes.
g) Fomento de obras hidráulicas, vías de comunicación, ganadería y granjas avícolas,
repoblación forestal y creación de escuelas de agricultores y estaciones enológicas.
h) Solución inmediata del paro obrero, reducción de la jornada de trabajo y nivelación de
los sueldos con el coste de la vida.
i) Toma directa por los Sindicatos de campesinos de las tierras que por insuficiente cultivo
constituyen un sabotaje a la economía nacional.
Por todo lo antes expuesto, y para la consecución rápida e inmediata de lo que nos
proponemos, entendemos que hay dos problemas de vital importancia para el movimiento
campesino, que son:
1º Su organización.
2º Un vasto plan de propaganda.
Solamente una fuerte organización campesina, encuadrada en una organización nacional,
sería viable para solucionar transitoriamente los problemas del agro español, al paso que
de una forma seria efectuaría la preparación revolucionaria de las masas campesinas; y
un vasto plan de propaganda en el campo es indispensable a esta organización que
propugnamos; pues la preparación constructiva de los campesinos, de acuerdo con
nuestros principios, es la misión más importante y más difícil del anarcosindicalismo en el
campo.
La más importante, porque sin ella no puede ser viable el desarrollo consecuente de la
revolución social. La más difícil, por ser numerosos los obstáculos tradicionales, por el
retraso cultural, por el instinto de propietarismo e individualismo que dificulta la captación
de las masas campesinas para fines colectivistas. El movimiento anarcosindicalista
campesino puede y debe vencer estos obstáculos mediante una propaganda clara, amplia
y tenaz de sus fines ideológicos, y una labor educativa y sindical que desarrolle en los
trabajadores del campo hábitos de solidaridad colectiva que los disponga y capacite, sin

reservas y en interés propio, para la implantación de un régimen comunista libertario.
ALIANZAS REVOLUCIONARIAS
Ponencia: Al poner a consideración del Congreso el convencimiento de que el dictamen
puede tener deficiencias de redacción, manifestamos que hemos tenido que acoplar el
sentir de los acuerdos de los Sindicatos que ampliamente lo han discutido. Los sindicatos
quieren la Alianza Revolucionaria con los obreros, pero la mayoría la condicionan en que
ellos reconozcan el fracaso de la democracia y han de abandonar la colaboración política.
Segunda condición para la Alianza ha de ser la predisposición a destruir lo existente para
que el nuevo estado de cosas no tenga los defectos del viejo. Y condición previa a de ser
de que no se mantengan las instituciones viejas que regulan el actual estado de cosas. El
tercer punto es el sentir general de los Sindicatos, y no podemos como base anarquista
imponer el concepto nuestro. Por ello queda para después de hecha la revolución la
regulación del nuevo régimen. El cuarto se refiere a la unidad de acción para la defensa
del nuevo régimen. Vamos a la revolución con nobleza y respeto mutuo. No queremos
que se dé en el hecho revolucionario la faceta que ellos hayan establecido. Y que contra
el ataque del enemigo interno y externo acoplemos los esfuerzos para batirle. Esto
encierra unos puntos básicos que hemos procurado concretar brevemente.
Voto Particular: Estimo que son horas de hablar claro, y no se puede dejar en el
ambiente lo que pueda anular la posibilidad de llegar a la Alianza deseada. Hay apartados
de la Ponencia que comparto. Pero hay otros que impiden que sea posible la Alianza y
debe serlo. Tengo que justificar mi voto particular. En el primer apartado se les exige que
abandonen los campos políticos. Estos son nuestros acuerdos, nuestras normas, y si esto
se exige a la U.G.T. no habrá Alianza, y se nos dirá que no se quiere. Este criterio que
manifiesto en el voto particular no tengo la pretensión de hacérmelo propio. Diré que es el
que sustentaba José María Martínez.
DICTAMEN:
Desde el asalto al Poder por el general Primo de Rivera, el proletariado español vive en
latente inquietud revolucionaria. Durante el período dictatorial fueron innumerables los
intentos de revuelta del Pueblo, determinando que las altas esferas del país, se
preocupaban por canalizar el sentimiento revolucionario de los trabajadores por los
senderos reformistas de la democracia, lo que fue posible al conseguir que organismos
obreros ugetistas se enrolasen en la convocatoria de elecciones que determinó el triunfo
político de la República. Al derrumbarse la monarquía, la U.G.T. y el partido que le sirve
de orientador han sido servidores de la democracia republicana, pudiendo comprobar por
propia experiencia la inutilidad de la colaboración política y parlamentaria. Merced a esta
colaboración, el proletariado en general, al sentirse dividido, perdió parte del valor
revolucionario que en otros momentos le caracterizó. El hecho de Asturias demuestra
que, recobrado ese sentido de su propio valor revolucionario, el proletariado es algo
imposible de hundir en el fracaso. Analizando, pues, todo el período revolucionario que ha
vivido y está viviendo España, esta Ponencia ve la ineludible necesidad de unificar en el
hecho revolucionario a las dos organizaciones: Unión General de Trabajadores y
Confederación Nacional del Trabajo.
Por lo expuesto, recogiendo el sentir de los acuerdos generales de los Sindicatos afectos
a la Confederación, hemos acordado someter al Congreso el siguiente dictamen:
Considerando que es ferviente deseo de la clase obrera española el derrocamiento del
régimen político y social existente, y considerando que la U.G.T. y la C.N.T. aglutinan y
controlan en su seno a la totalidad de los trabajadores organizados en España, esta
Ponencia entiende:
Que la Confederación Nacional del Trabajo de España debe dirigirse oficial y
públicamente a la U.G.T., emplazándola para la aceptación de un pacto revolucionario
bajo las siguientes bases fundamentales:
1º La U.G.T., al firmar el Pacto de Alianza revolucionaria, reconoce explícitamente el
fracaso del sistema de colaboración política y parlamentaria. Como consecuencia lógica
de dicho reconocimiento, dejará de prestar toda clase de colaboración política y
parlamentaria al actual régimen imperante.
2º Para que sea una realidad efectiva la revolución social, hay que destruir
completamente el régimen político y social que regula la vida del país.
3º La nueva regularización de convivencia, nacida del hecho revolucionario, será
determinada por la libre elección de los trabajadores reunidos libremente.
4º Para la defensa del nuevo régimen social es imprescindible la unidad de acción,
prescindiendo del interés particular de cada tendencia. Solamente defendiendo el
conjunto será posible la defensa de la revolución de los ataques del capitalismo nacional y
extranjero.
5º La aprobación del presente dictamen significa que el Comité Nacional queda
implícitamente encargado, si la U.G.T. acepta el pacto, de entrar en relaciones con la
misma, con objeto de regularizar la buena marcha del pacto, ateniéndonos a los acuerdos
arriba expresados y a los ya existentes en el seno de la C.N.T. en materia revolucionaria.
Artículo adicional. Estas bases representan el sentido mayoritario de la C.N.T. y tienen un
carácter provisional y deberán servir para que pueda tener lugar una entente con la
U.G.T., cuando este organismo, reunido en Congreso nacional de Sindicatos, formule por
su parte las bases que crea conveniente para la realización de la Alianza Obrera
Revolucionaria. Al efecto, se nombrarán dos Comités Nacionales de Enlace, los cuales,
procurando concretar los puntos de vista de ambas Centrales sindicales, elaborarán una
Ponencia de conjunto, que será sometida a discusión y referéndum de los Sindicatos de
ambas Centrales. El resultado de este referéndum será aceptado como acuerdo definitivo,
siempre que sea la expresión de la mayoría, representada, por lo menos, por el setenta y
cinco por ciento de votos de ambas Centrales Sindicales.
CONCEPTO CONFEDERAL DEL COMUNISMO LIBERTARIO
- Ponencia: Hemos procurado sentar las líneas generales para dar forma a la idea del
Comunismo Libertario.
- Ponencia: Nos hemos visto obligados a recoger dos aspectos. Primero: hemos creído
cumplir mandato de los Sindicatos; segundo: nos hemos limitado a recoger los acuerdos
de los Sindicatos y acoplarlos. Conviene recordar que no se trata de un programa y sí de
un dictamen. Programa es un círculo cerrado, cosa que no podemos aceptar. Limitamos
nuestro trabajo a tres guías: Organización de los trabajadores; aspecto revolucionario y
procurar que esa revolución sea libertaria. Vivimos en régimen capitalista y tenemos que
partir del Sindicato pero sin olvidar que al lado hay la Comuna, profundamente arraigada
en el pueblo español. Y quienes así pretendan organizarse nadie podrá privarles de que lo
vivan. Para terminar decimos que respetamos el criterio de la mayoría de los Sindicatos.
- Ponencia: Debéis de reconocer la delicada situación nuestra para la defensa y
aprobación del dictamen. Las diferentes concepciones han tenido que hacer
transacciones para poder orillar los obstáculos que se presentarán. Ahora nos limitaremos
a esclarecer lo que parezca vago. El dictamen no es un reglamento y por eso no articula
todas las funciones que competen a los órganos de producción ni a la política del
Comunismo Libertario, por eso hemos aceptado la inclusión de la adición que no es
nuestra, la cual establecerá la función debida de cada órgano. Cuando se nos presente el
dictamen completo se verá claramente que hemos sabido proyectar la concepción del

Comunismo Libertario, estableciendo:
1º La soberanía individual que conforma a todos.
2º El Sindicato como asociación, órgano de producción, señalará los principios
fundamentales de los órganos de producción.
3º En la economía y administración, la Comuna donde convergen los órganos de
producción. En este dictamen están concretados todos los aspectos. A las Federaciones
de Comunas, locales, regionales y nacionales y a las Federaciones de Industria de idem.
Esto es lo fundamental y lo demás son detalles. Porque entendemos que la C.N.T. debe
aglutinar todas las concepciones, estableciéndose el nexo de relación entre el Sindicato y
la Comuna.
- Ponencia (Federica Montseny): Yo represento en el seno de la Ponencia la concepción
del anarquismo clásico que significan los camaradas de Hospitalet. Sin embargo, firmo el
dictamen, y es que los acontecimientos se precipitan y la revolución se echa encima. Ante
ello hay que dar la sensación de que sabemos lo que queremos y a dónde vamos. La
adición la hemos aceptado en principio, porque reconocemos que se debe de concretar,
con materiales a la vista, algunos detalles más, pero ello no quiere decir que se haya de
salir, la Comisión que se nombre, de las líneas generales trazadas por la Ponencia, ni que
se vaya a especificar tanto lo que se ha de hacer, porque ello restaría libertad individual.
Conste, pues, y lo digo por las palabras dichas por la delegación de Construcción de
Barcelona, que si con la adición se pretende codificar el Comunismo Libertario, yo llegaría
a retirar la firma de la Ponencia.
- Profesiones Liberales de Barcelona: Argumenta la enmienda siguiente:
El Sindicato de Profesiones Liberales de Barcelona propone al Congreso acuerde que el
apartado «Enseñanza» del tema «Concepto del Comunismo Libertario» quede redactado
en la siguiente forma: la enseñanza será libre, científica e igual para los dos sexos, dotada
de todos los elementos precisos para ejercitarse en no importa qué rama de la actividad
productora y del saber humano. La pedagogía ayudará a la formación de hombres con
criterio propio y para ello es necesario que el maestro cultive todas las facultades del niño,
que logre la solución completa de todas las posibilidades que encierra el infante; que una
educación integral lo haga dueño de si mismo, seguro de sus sentimientos, de sus ideas,
responsable, en fin, por ser el mismo con carácter y temperamento propios. Para nosotros
el niño -y el hombre- es un tesoro de fuerzas en potencia, que no limitaremos ni
deformaremos jamás con el sello de ningún molde que por el solo hecho de serlo niega la
esencia misma de nuestros ideales basados en el respeto y en el cultivo integral de la
personalidad humana. Después de la revolución social, la Federación Nacional de
Educación se hará cargo asimismo de la enseñanza de adultos, no sólo en lo referente a
la instrucción elemental sino en todos los conocimientos científicos precisos para extirpar
los prejuicios milenarios que han tenido esclavos a la mujer y al hombre. La Federación
Nacional de la Enseñanza establecerá las normas generales de nuestra escuela y la que
facilite el profesorado y controle sus actividades escolares. Inmediatamente después de
proclamarse el comunismo libertario, la Federación Nacional de la Enseñanza se hará
cargo de todos los centros docentes, y teniendo conocimiento previo del valor del
profesorado, seleccionará a los que intelectual y sobre todo moralmente sean capaces de
adaptarse a las exigencias de la pedagogía libre. Lo mismo para la elección de
profesorado de primera que de segunda enseñanza, se atendrá únicamente a la
capacidad demostrada en ejercicios prácticos. El cine, la radio, las misiones pedagógicas,
serán excelentes y eficaces auxiliares para una rápida transformación intelectual y moral
de las generaciones presentes y para desarrollar la personalidad de los niños y
adolescentes que nazcan y se desarrollen ya en un ambiente comunista libertario.

Ponencia: Estamos de acuerdo con el espíritu de la proposición, pero hemos de aclarar la
imposibilidad de darle cabida porque hubiera implicado dar cabida a todos los detalles que
nos hubieran presentado los Sindicatos. Esa es la obra encomendada a la Comisión que
se propone en la adición al dictamen.
DICTAMEN:
Es del dominio de todas las delegaciones que asisten a este Congreso que en el seno
orgánico de la C.N.T. se agitan, con dinamismo bien marcado, dos maneras de interpretar
el sentido de la vida y la base de estructuración de la Economía post-revolucionaria. Esta
múltiple concepción de tendencia obedece, a no dudar, a razones doctrinales y filosóficas
que, al abrir huella en la psicología de los militantes, crean dos formas inconclusas de
pensamiento, cuyas energías en potencia hoy se esfuerzan por imprimir directrices dando
cauce a las dos corrientes.
Ahora bien; si en esta doble movilidad de las energías confederales no mediara el afán
natural de hegemonía, no habría problema. Pero esa aspiración espiritual, tenaz y
constante, habrá de manifestarse con fuerza nueva en el plano interno de nuestros
cuadros, abriendo, con el litigio, peligros serios a la unidad que acabamos de concertar en
esta Ponencia, con la serenidad y conciencia necesarias para aquilatar y asumir la
responsabilidad histórica y trascendental de esta hora, ha debido buscar la fórmula que
recoja el espíritu y pensamiento de las dos corrientes, articulando con él los cimientos de
la vida nueva.
Así, pues, declaramos:
1º Que al poner la piedra angular a la arquitectura del dictamen hemos procurado
construir con austero sentido de armonía sobre estos pilares: individuo y Sindicato, dando
margen al desenvolvimiento paralelo de las dos corrientes y concepciones.
2º Consignamos, como refrendo a la expresa garantía de la armonía, el reconocimiento
implícito de la soberanía individual. Con esta potestad, que vindica la libertad por encima
de todas las disciplinas atentatorias habremos de articular las distintas instituciones que
en la vida han de determinar la necesidad, poniendo cauces a la relación.
Y es así como, socializado el cúmulo de toda la riqueza social y garantizada la posesión,
en uso, de los instrumentos de trabajo, haciendo igual para todos la facultad de producir,
facultad convertida en deber, para tener opción al derecho de consumir, que el instinto por
ley natural vindica en todos los imperativos de la conservación de la vida, surge el
principio anárquico del libre acuerdo, para concertar entre los hombres el alcance,
transacción y duración del pacto. Es así como el individuo, célula con personalidad
jurídica, y entidad angular de las articulaciones sucesivas, que la libertad y la potestad de
la Federación habrán de crear, ha de constituir el engarce y nomenclatura de la nueva
sociedad por venir.
Hemos de pensar todos que estructurar con precisión matemática la sociedad del porvenir
sería absurdo, ya que muchas veces entre la teoría y la práctica existe un verdadero
abismo. Por ello caemos en el error de los políticos que presentan soluciones definitivas
para todos los problemas, soluciones que en la práctica fallan ruidosamente. Y es porque
pretenden imponer un método para todos los tiempos sin tener en cuenta la propia
evolución de la vida humana.
No haremos eso nosotros, que tenemos una visión más elevada de los problemas
sociales. Al esbozar las normas del comunismo libertario, no lo presentamos como un
programa único, que no permita transformaciones. Estas vendrán, lógicamente, y serán
las propias necesidades y experiencias quienes las indiquen.
Aunque tal vez parezca que se encuentre un poco fuera del mandato que nos ha sido

encomendado por el Congreso, creemos preciso puntualizar algún tanto nuestro concepto
de la revolución y las premisas más acusadas que a nuestro juicio pueden y deben
presidirla.
Se ha tolerado demasiado el tópico según el cual la revolución no es otra cosa que el
episodio violento mediante el que se da al traste con el régimen capitalista. Aquélla, en
realidad, no es otra cosa que el fenómeno que da paso de hecho a un estado de cosas
que desde mucho antes ha tomado cuerpo en la conciencia colectiva.
Tiene la revolución, por lo tanto, su iniciación en el momento mismo en que, comprobando
la diferencia existente entre el estado social y la conciencia individual, ésta, por instinto o
por análisis, se ve forzada a reaccionar contra aquél.
Por ello, dicho en pocas palabras, conceptuamos que la revolución se inicia:
1º Como fenómeno psicológico en contra de un estado de cosas que pugna con las
aspiraciones y necesidades individuales.
2º Como manifestación social cuando, por tomar aquella reacción cuerpo en la
colectividad, choca con los estamentos del régimen capitalista.
3º Como organización, cuando sienta la necesidad de crear una fuerza capaz de imponer
la realización de su finalidad biológica.
En el orden externo, merecen destacarse estos factores:
a) Hundimiento de la ética que sirve de base al régimen capitalista.
b) Bancarrota de éste en su aspecto económico.
c) Fracaso de su expresión política, tanto en orden al régimen democrático como a la
última expresión, el capitalismo de Estado, que no es otra cosa el comunismo autoritario.
El conjunto de estos factores, convergentes en un punto y momento dado, es el llamado a
determinar la aparición del hecho violento que ha de dar paso al período verdaderamente
evolutivo de la revolución.
Considerando que vivimos el momento preciso en que la convergencia de todos estos
factores engendra esta posibilidad prometedora, hemos creído necesaria la confección de
un dictamen que, en sus líneas generales, siente los primeros pilares del edificio social
que habrá de cobijarnos en el futuro.
CONCEPTO CONSTRUCTIVO DE LA REVOLUCIÓN
Entendemos que nuestra revolución debe organizarse sobre una base estrictamente
equitativa.
La revolución no puede cimentarse ni sobre el apoyo mutuo, ni sobre la solidaridad, ni
sobre ese arcaico tópico de la caridad. En todo caso estas tres fórmulas, que a través de
los tiempos han parecido querer llenar las deficiencias de tipos de sociedad rudimentarios
en los que el individuo aparece abandonado frente a una concepción del derecho
arbitrario e impuesto, deben refundirse y puntualizarse en nuevas formas de convivencia
social que encuentren su más clara interpretación en el comunismo libertario: dar a cada
ser humano lo que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las mismas tenga
otras limitaciones que las impuestas por las necesidades de la nueva economía creada.
Si todos los caminos que se orientan hacia Roma conducen a la Ciudad Eterna, todas las
formas de trabajo y distribución que se dirijan hacia la concepción de una sociedad
igualitaria conducirán a la realización de la justicia y de la armonía social.
En consecuencia, creemos que la revolución debe cimentarse sobre los principios
sociales y éticos del comunismo libertario. que son:

1º Dar a cada ser humano lo que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las
mismas tenga otras limitaciones que las impuestas por las posibilidades de la economía.
2º Solicitar de cada ser humano la aportación máxima de sus esfuerzos a tenor de las
necesidades de la sociedad, teniendo en cuenta las condiciones físicas y morales de cada
individuo.
ORGANIZACIÓN DE LA NUEVA SOCIEDAD DESPUÉS DEL HECHO
REVOLUCIONARIO.- LAS PRIMERAS MEDIDAS DE LA REVOLUCIÓN
Terminado el aspecto violento de la revolución, se declaran abolidos: la propiedad
privada, el Estado, el principio de autoridad y, por consiguiente, las clases que dividen a
los hombres en explotadores y explotados, oprimidos y opresores.
Socializada la riqueza, las organizaciones de los productores, ya libres, se encargarán de
la administración directa de la producción y del consumo.
Establecida en cada localidad la Comuna Libertaria, pondremos en marcha el nuevo
mecanismo social. Los productores de cada ramo u oficio, reunidos en sus Sindicatos y
en los lugares de trabajo, determinarán libremente la forma en que éste ha de ser
organizado.
La Comuna Libre se incautará de cuanto antes detentaba la burguesía, tal como víveres,
ropas, colados, materias primas, herramientas de trabajo, etc. Estos útiles de trabajo y
materias primas deberán pasar a poder de los productores para que éstos los administren
directamente en beneficio de la colectividad.
En primer término las Comunas cuidarán de alojar con el máximo de comodidades a
todos los habitantes de cada localidad, asegurando asistencia a los enfermos y educación
a los niños.
De acuerdo con el principio fundamental del comunismo libertario, como hemos dicho
antes, todos los hombres se aprestarán a cumplir el deber voluntario - que se convertirá
en verdadero derecho cuando el hombre trabaje libre- de prestar su concurso a la
colectividad, en relación con sus fuerzas y sus capacidades, y la Comuna cumplirá la
obligación de cubrir sus necesidades.
Desde luego, es preciso crear ya, desde ahora, la idea de que los primeros tiempos de la
revolución no resultarán fáciles y de que será preciso que cada hombre aporte el máximo
de esfuerzos y consuma solamente lo que permitan las posibilidades de la producción.
Todo período constructivo exige sacrificio y aceptación individual y colectiva y a no crear
dificultades a la obra reconstructora de la sociedad que de común acuerdo todos
realizaremos.
PLAN DE ORGANIZACIÓN DE LOS PRODUCTORES
El Plan económico de organización, en cuantas manifestaciones tenga la producción
nacional, se ajustará a los más estrictos principios de economía social, administrados
directamente por los productores a través de sus diversos órganos de producción,
designados en asambleas generales de las variadas organizaciones y por ellas
controlados en todo momento.
como base (en el lugar de trabajo, en el Sindicato, en la Comuna, en todos los órganos
reguladores de la nueva sociedad), el productor, el individuo como célula, como piedra
angular de todas las creaciones sociales, económicas y morales.
Como órgano de relación dentro de la Comuna y en el lugar de trabajo, el Consejo de
taller y de fábrica, pactando con los demás centros de trabajo.
Como órgano de relación de Sindicato a Sindicato (asociación de productores), los

Consejos de Estadística y de Producción, que se seguirán federando entre sí hasta formar
una red de relación constante y estrecha entre todos los productores de la Confederación
Ibérica.
En el campo: Como base, el productor en la Comuna, que usufructuaría todas las
riquezas naturales de una demarcación política y geográfica.
Como órgano de relación, el Consejo de Cultivo, del que formarán parte elementos
técnicos y trabajadores integrantes de las asociaciones de productores agrícolas,
encargados de orientar la intensificación de la producción, señalando las tierras más
apropiadas a la misma, según su composición química.
Estos Consejos de Cultivo establecerán la misma red de relaciones que los Consejos de
Taller, de Fábrica y de Producción y Estadística, complementando la libre federación que
representa la Comuna como demarcación política y subdivisión geográfica.
Tanto las Asociaciones de productores industriales como las Asociaciones de productores
agrícolas se federarán nacionalmente -mientras sea únicamente España el país que haya
realizado su transformación social- si, llevados a esa disyuntiva por el mismo proceso del
trabajo a que se eduquen, lo estiman conveniente para el más fructífero desarrollo de la
Economía; e idénticamente se federarán en el mismo sentido aquellos servicios cuya
característica propenda a ello por facilitar las relaciones lógicas y necesarias entre todas
las Comunas Libertarias de la Península.
Estimamos que con el tiempo la nueva sociedad conseguirá dotar a cada Comuna de
todos los elementos agrícolas e industriales precisos a su autonomía, de acuerdo con el
principio biológico que afirma que es más libre el hombre -en este caso la Comuna- que
menos necesita de los demás.
LAS COMUNAS LIBERTARIAS Y SU FUNCIONAMIENTO
La expresión política de nuestra revolución hemos de asentarla sobre esta trilogía: El
individuo, la Comuna y la Federación.
Dentro de un plan de actividades estructurado en todos los órdenes desde un punto de
vista peninsular, la administración será de manera absoluta de carácter comunal.
La base de esta administración será, por consiguiente, la Comuna. Estas Comunas serán
autónomas y estarán federadas regional y nacionalmente para la realización de los
objetivos de carácter general. El derecho de autonomía no excluirá el deber de cumplir los
acuerdos de convivencia colectiva, no compartidos por simples apreciaciones y que sean
aceptadas en el fondo.
Así, pues, una Comuna de consumidores sin limitación voluntaria, se comprometerá a
acatar aquellas normas de carácter general que después de libre discusión hayan sido
acordadas por mayoría.
En cambio, aquellas Comunas que, refractarias a la industrialización, acuerden otras
clases de convivencia, como por ejemplo las naturistas y desnudistas, tendrán derecho a
una administración autónoma, desligada de los compromisos generales. Como estas
Comunas naturistas-desnudistas, u otra clase de Comunas, no podrán satisfacer todas
sus necesidades, por limitadas que éstas sean, sus delegados a los Congresos de la
Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias podrán concertar convenios
económicos con las demás Comunas Agrícolas e Industriales.
En conclusión proponemos:
- La creación de la Comuna como entidad política y administrativa.
- La Comuna será autónoma, y confederada al resto de las Comunas.

Las Comunas se federarán comarcal y regionalmente, fijando a voluntad sus límites
geográficos, cuando sea conveniente unir en una sola Comuna pueblos pequeños, aldeas
y lugares. El conjunto de estas Comunas constituirá una Confederación Ibérica de
Comunas Autónomas Libertarias.
- Para la función distributiva de la producción, y para que puedan nutrirse mejor las
Comunas, podrán crearse aquellos órganos suplementarios encaminados a conseguirlo.
Por ejemplo: un Consejo Confederal de Producción y Distribución, con representaciones
directas de las Federaciones nacionales de Producción y del Congreso anual de
Comunas.
MISIÓN Y FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA COMUNA
La Comuna deberá ocuparse de lo que interesa al individuo.
Deberá cuidar de todos los trabajos de ordenación, arreglo y embellecimiento de la
población.
Del alojamiento de sus habitantes; de los artículos y productos puestos a su servicio por
los Sindicatos o Asociaciones de productores.
Se ocupará asimismo de la higiene, de la estadística comunal y de las necesidades
colectivas. De la enseñanza. De los establecimientos sanitarios y de la conservación y
perfeccionamiento de los medios locales de comunicación.
Organizará las relaciones con las demás Comunas, y cuidará de estimular todas las
actividades artísticas y culturales.
Para el buen cumplimiento de esta misión, se nombrará un Consejo Comunal, al cual
serán agregados representantes de los Consejos de Cultivo, de Sanidad, de Cultura, de
Distribución y de Producción y Estadística.
El procedimiento de elección de los Consejos Comunales se determinará con arreglo a un
sistema en el que establezcan las diferencias que aconsejen la densidad de población,
teniendo en cuenta que tardará en descentralizar políticamente las metrópolis,
constituyendo con ellas Federaciones de Comunas.
Todos estos cargos no tendrán ningún carácter ejecutivo ni burocrático. Aparte los que
desempeñen funciones técnicas o simplemente de estadística, los demás cumplirán
asimismo su misión de productores, reuniéndose en sesiones al terminar la jornada de
trabajo para discutir las cuestiones de detalle que no necesiten el refrendo de las
asambleas comunales.
Se celebrarán asambleas tantas veces como lo necesiten los intereses de la Comuna, a
petición de los miembros del Consejo Comunal, o por la voluntad de los habitantes de
cada una.
RELACIONES E INTERCAMBIO DE PRODUCTOS
Como ya hemos dicho, nuestra organización es de tipo federalista y asegura la libertad
del individuo dentro de la agrupación y de la Comuna, la de las Comunas dentro de las
Federaciones, y la de éstas en las Confederaciones.
Vamos, pues, del individuo a la colectividad, asegurando sus derechos para conservar
intangible el principio de libertad.
Los habitantes de una Comuna discutirán entre sí sus problemas internos: producción,
consumo, instrucción, higiene y cuanto sea necesario para el desenvolvimiento moral y
económico de la misma. Cuando se trate de problemas que afecten a toda una comarca o
provincia, han de ser las Federaciones quienes deliberen, y en las reuniones y asambleas
que éstas celebren estarán representadas todas las comunas, cuyos delegados aportarán
los puntos de vista previamente aprobados en ellas.
Por ejemplo, si han de construir carreteras, ligando entre sí los pueblos de una comarca o
asuntos de transporte e intercambio de productos entre las comarcas agrícolas e
industriales, es natural que todas las Comunas expongan su criterio, ya que también han
de prestar su concurso.
En los asuntos de carácter regional, será la Federación Regional quien ponga en práctica
los acuerdos, y éstos representarán la voluntad soberana de todos los habitantes de la
región. Pues empezó en el individuo, pasó después a la Comuna, de ésta a la Federación
y, por último, a la Confederación.
De igual forma llegaremos a la discusión de todos los problemas de tipo nacional, ya que
nuestros organismos se irán complementando entre sí. La organización nacional regulará
las relaciones de carácter internacional, estando en contacto directo con el proletariado de
los demás países, por intermedio de sus respectivos organismos, ligados como el nuestro
a la Asociación Internacional de los Trabajadores.
Para el intercambio de productos de Comuna a Comuna, los Consejos Comunales se
pondrán en relación las Federaciones Regionales de Comunas y con el Consejo
Confederal de Producción y Distribución, reclamando lo que les haga falta y ofreciendo lo
que les sobre.
Por medio de la red de relaciones establecidas entre las Comunas y los Consejos de
Producción y Estadística, constituidos por las Federaciones Nacionales de Productores,
queda resuelto y simplificado este problema.
En lo que se refiere al aspecto comunal del mismo, bastarán las cartas de productor,
extendidas por los Consejos de Taller y de Fábrica, dando derecho a que aquéllos puedan
adquirir lo necesario para cubrir todas sus necesidades. La carta de productor constituye
el principio de un signo de cambio, el cual quedará sujeto a estos dos elementos
reguladores: Primero, que sea intransferible; segundo, que se adopte un procedimiento
mediante el cual en la carta se registre el valor del trabajo por unidades de jornada y este
valor tenga el máximo de un año de validez para la adquisición de productos.
A los elementos de la población pasiva serán los Consejos Comunales los que les
facilitarán las cartas de consumo.
Desde luego, no podemos sentar una norma absoluta. Debe respetarse la autonomía de
las Comunas, las cuales, si lo creen conveniente, podrán establecer otro sistema de
intercambio interior, siempre que estos nuevos sistemas no puedan lesionar, en ningún
caso, los intereses de otras Comunas.
DEBERES DEL INDIVIDUO PARA CON LA COLECTIVIDAD Y
CONCEPTO DE LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA
El Comunismo Libertario es incompatible con todo régimen de corrección, hecho que
implica la desaparición del actual sistema de justicia correccional, y por lo tanto, los
instrumentos de castigo (cárceles, presidios, etc.)
Conceptúa esta Ponencia que el determinismo social es la causa principal de los llamados
delitos en el presente estado de cosas y, en consecuencia, desaparecidas las causas que
originaban el delito, en la generalidad de los casos éste dejará de existir.
Así pues, consideramos:
1º Que el hombre no es malo por naturaleza, y que la delincuencia es resultado lógico del
estado de injusticia social en que vivimos.

2º Que al cubrir sus necesidades, dándole también margen a una educación racional y
humana, aquellas causas han de desaparecer.
Por ello, entendemos que cuando el individuo falte al cumplimiento de sus deberes, tanto
en el orden moral como en sus funciones de productor, serán las asambleas populares
quienes, con un sentido armónico, den solución justa al caso.
El Comunismo Libertario sentará, pues, su «acción correccional» sobre la Medicina y la
Pedagogía, únicos preventivos a los cuales la ciencia moderna reconoce tal derecho.
Cuando algún individuo, víctima de fenómenos patológicos, atente contra la armonía que
ha de regir entre los hombres, la terapéutica pedagógica cuidará de curar su desequilibrio
y estimular en él el sentido ético de responsabilidad social que una herencia insana le
negó naturalmente.
LA FAMILIA Y LAS RELACIONES SEXUALES
Conviene no olvidar que la familia fue el primer núcleo civilizador de la especie humana,
que ha llenado funciones admirabilísimas de cultura moral y solidaridad. Que ha
subsistido dentro de la propia evolución de la familia con el clan, la tribu, el pueblo y la
nación, y que es de suponer que aún durante mucho tiempo subsistirá.
La revolución no deberá operar violentamente sobre la familia, excepto en aquellos casos
de familias mal avenidas, en las que reconocerá y apoyará el derecho a la disgregación.
Como la primera medida de la revolución libertaria consiste en asegurar la independencia
económica de los seres, sin distinción de sexos, la interdependencia creada, por razones
de inferioridad económica, en el régimen capitalista, entre el hombre y la mujer,
desaparecerá con él. Se entiende, por lo tanto, que los dos sexos serán iguales, tanto en
derechos como en deberes.
El Comunismo Libertario proclama el amor libre, sin más regulación que la voluntad del
hombre y de la mujer, garantizando a los hijos la salvaguardia de la colectividad y
salvando a ésta de las aberraciones humanas por la aplicación de los principios
biológicos-eugénicos.
Asimismo, por medio de una buena educación sexual, empezada en la escuela, tenderá a
la selección de la especie, de acuerdo con las finalidades de la eugenesia, de manera que
las parejas humanas procreen conscientemente, pensando en producir hijos sanos y
hermosos.
Sobre los problemas de índole moral que puede plantear el amor en la sociedad
comunista libertaria, como son los que hallen su origen en las contrariedades amorosas,
la comunidad y la libertad no tienen más que dos caminos para que las relaciones
humanas y sexuales se desarrollen normalmente. Para el que quisiera amor a la fuerza o
bestialmente, si no bastara el consejo ni el respeto al derecho individual, habría de
recurrirse a la ausencia. Para muchas enfermedades se recomienda el cambio de agua y
de aire. Para la enfermedad del amor, que es enfermedad al convertirse en tenacidad y
ceguera, habrá de recomendarse el cambio de Comuna, sacando al enfermo del medio
que le ciega y enloquece, aunque no es presumible que estas exasperaciones se
produzcan en un ambiente de libertad sexual.
LA CUESTIÓN RELIGIOSA
La religión, manifestación puramente subjetiva del ser humano, será reconocida en cuanto
permanezca relegada al sagrario de la conciencia individual, pero en ningún caso podrá
ser considerada como forma de ostentación pública ni de coacción moral ni intelectual.
Los individuos serán libres para concebir cuantas ideas morales tengan por conveniente,
desapareciendo todos los ritos.

DE LA PEDAGOGÍA, DEL ARTE, DE LA CIENCIA, DE LA LIBRE
EXPERIMENTACIÓN
El problema de la enseñanza habrá que abordarlo con procedimientos radicales. En
primer lugar, el analfabetismo deberá ser combatido enérgica y sistemáticamente. Se
restituirá la cultura a los que fueron desposeídos de ella, como un deber de reparadora
justicia social que la revolución debe acometer, considerando que, así como el capitalismo
ha sido el acaparador y detentador de la riqueza social, las ciudades han sido las
acaparadoras y detentadoras de la cultura y de la instrucción.
Restituir la riqueza material y la cultura son los objetivos básicos de nuestra revolución.
¿Cómo? Expropiando al capitalismo en lo material, repartiendo la cultura a los carentes
de ella en lo moral.
Nuestra labor pedagógica deberá dividirse, por lo tanto, en dos tiempos. Tenemos una
obra pedagógica a realizar inmediatamente después de la revolución social, y una obra
general humana dentro ya de la nueva sociedad creada. Lo inmediato será organizar
entre la población analfabeta una cultura elemental, consistente, por ejemplo, en enseñar
a leer, a escribir, contabilidad, fisicultura, higiene, proceso histórico de la evolución y de la
revolución, teoría de la inexistencia de Dios, etc. Esta obra pueden realizarla un gran
número de jóvenes cultivados, los cuales la llevarán a cabo, prestando con ello un servicio
voluntario a la cultura, durante uno o dos años, debidamente controlados y orientados por
la Federación Nacional de la Enseñanza, la cual, inmediatamente después de
proclamarse el Comunismo Libertario, se hará cargo de todos los centros docentes,
aquilatando el valor del profesorado profesional y del voluntario. La Federación nacional
de la Enseñanza apartará de ésta a los que intelectual y sobre todo moralmente sean
incapaces de adaptarse a las exigencia de una pedagogía libre. Lo mismo para la
elección del profesorado de primera que de segunda enseñanza se atenderá únicamente
a la capacidad demostrada en ejercicios prácticos.
La enseñanza, como misión pedagógica dispuesta a educar a una Humanidad nueva,
será libre, científica e igual para los dos sexos, dotada de todos los elementos precisos
para ejercitarse en no importa qué ramo de la actividad productora y del saber humano. A
la higiene y la puericultura se le acordará un lugar preferente, educando a la mujer para
ser madre desde la escuela.
Asimismo se dedicará principal atención a la educación sexual, base de la superación de
la especie.
Estimamos como función primordial de la pedagogía la de ayudar a la formación de
hombres con criterio propio -y conste que al hablar de hombres lo hacemos en un sentido
genérico-, para lo cual será preciso que el maestro cultive todas las facultades del niño,
con el fin de que éste logre el desarrollo completo de todas sus posibilidades.
Dentro del sistema pedagógico que pondrá en práctica el Comunismo Libertario quedará
definitivamente excluido todo el sistema de sanciones y recompensas, ya que en estos
dos principios radica el fermento de todas las desigualdades.
El cine, la radio, las misiones pedagógicas -libros, dibujos, proyecciones- serán
excelentes y eficaces auxiliares para una rápida transformación intelectual y moral de las
generaciones presentes y para desarrollar la personalidad de los niños y adolescentes
que nazcan y se desarrollen en régimen comunista libertario.
Aparte el aspecto simplemente educativo, en los primeros años de la vida la sociedad
comunista libertaria asegurará a todos los hombres, a lo largo de su existencia, el acceso
y el derecho a la ciencia, al arte, a las investigaciones de todo orden compatible con las
actividades productoras de lo indispensable, cuyo ejercicio garantizará el equilibrio y la

salud a la naturaleza humana.
Porque los productores, en la sociedad comunista libertaria, no se dividirán en manuales e
intelectuales, sino que todos serán manuales e intelectuales a la vez. Y el acceso a las
artes y a las ciencias será libre, porque el tiempo que se empleará en ellas pertenecerá al
individuo y no a la comunidad, de la cual se emancipará el primero, si así lo quiere, una
vez haya concluido la jornada de trabajo, la misión de productor.
Hay necesidades de orden espiritual, paralelas a las necesidades materiales, que se
manifestarán con más fuerza en una sociedad que satisfaga las primeras y que deje
emancipado moralmente al hombre.
Como la evolución es una línea continua, aunque algunas veces no sea recta, el individuo
siempre tendrán aspiraciones, ganas de gozar más, de superar a sus padres, de superar
a sus semejantes, de superarse a si mismo.
Todas estas ansias de superación, de creación -artística, científica, literaria-, de
experimentación, una sociedad basada en el libre examen y en la libertad de todas las
manifestación de la vida humana, no podrá ahogarlas bajo ninguna conveniencia de orden
material ni general; no las hará fracasar como ahora sucede, sino que, por el contrario, las
alentará y las cultivará, pensando que no sólo de pan vive el hombre y que desgraciada la
Humanidad que sólo de pan viviera.
No es lógico suponer que los hombres, en nuestra nueva sociedad, carezcan del deseo
de esparcimiento. Al efecto, en las Comunas autónomas Libertarias se destinarán días al
recreo general, que señalarán las asambleas, eligiendo y destinando fechas simbólicas de
la Historia y de la Naturaleza. Asimismo se dedicarán horas diarias a las exposiciones
teatrales, al cinema, a las conferencias culturales, que proporcionarán alegría y diversión
común.
DEFENSA DE LA REVOLUCIÓN
Admitimos la necesidad de la defensa de las conquistas realizadas por medio de la
revolución, porque suponemos que en España hay más posibilidades revolucionarias que
en cualquiera de los países que la circundan. Es de suponer que el capitalismo de éstos
no se resigne a verse desposeído de los intereses que en el curso del tiempo haya
adquirido en España.
Por lo tanto, mientras la revolución social no haya triunfado internacionalmente, se
adoptarán las medidas necesarias para defender el nuevo régimen, ya sea contra el
peligro de una invasión extranjera capitalista, antes señalado, ya para evitar la
contrarrevolución en el interior del país. Un ejército permanente constituye el mayor
peligro para la revolución, pues bajo su influencia se forjaría la dictadura que había de
darle fatalmente el golpe de muerte.
En los momentos de lucha, cuando las fuerzas del Estado, en su totalidad, o en parte, se
unan al Pueblo, estas fuerzas organizadas prestarán su concurso en las calles para
vencer a la burguesía. Dominada ésta, habrá terminado su labor.
El Pueblo armado será la mayor garantía contra todo intento de restauración del régimen
destruido por esfuerzos del interior o del exterior. Existen millares de trabajadores que han
desfilado por los cuarteles y conocen la técnica militar moderna.
Que cada Comuna tenga sus armamentos y elementos de defensa, ya que hasta
consolidar definitivamente la revolución éstos no será destruidos para convertirlos en
instrumentos de trabajo. Recomendamos la necesidad de la conservación de aviones,
tanques, camiones blindados, ametralladoras y cañones antiaéreos, pues es en el aire
donde reside el verdadero peligro de invasión extranjera.

Si llega este momento, el Pueblo se movilizará rápidamente para hacer frente al enemigo,
volviendo los productores a los sitios de trabajo tan pronto hayan cumplido su misión
defensiva. En esta movilización general se comprenderá a todas las personas de ambos
sexos aptas para la lucha y que se aprestan a ella desempeñando las múltiples misiones
precisas en el combate.
Los cuadros de defensa confederal, extendidos hasta los centros de producción, serán los
auxiliares más valiosos para consolidar las conquistas de la revolución y capacitar a los
componentes de ellos para las luchas que en defensa de la misma debamos sostener en
grandes planos.
Por tanto declaramos:
1º El desarme del capitalismo implica la entrega de las armas a las Comunas, que
quedarán encargadas de su conservación y que cuidarán, en el plano nacional, de
organizar eficazmente los medios defensivos.
2º En el marco internacional, deberemos hacer intensa propaganda entre el proletariado
de todos los países para que éstos eleven su protesta enérgica, declarando movimientos
de carácter solidario frente a cualquier intento de invasión por parte de sus respectivos
Gobiernos. Al mismo tiempo, nuestra Confederación Ibérica de Comunas Autónomas
Libertarias ayudará, moral y materialmente, a todos los explotados del mundo, a libertarse
para siempre de la monstruosa tutela del capitalismo y del Estado.
PALABRAS FINALES
He aquí terminando nuestro trabajo, más antes de llegar al punto final, estimamos que
debemos insistir, en esta hora histórica, sobre el hecho de no suponer que ese dictamen
deba ser algo definitivo que sirva de norma cerrada a las tareas constructivas del
proletariado revolucionario.
La pretensión de esta Ponencia es mucho más modesta. Se conformaría con que el
congreso viera en él las líneas generales del plan inicial que el mundo productor habrá de
llevar a cabo, el punto de partida de la Humanidad hacia su liberación integral.
Que todo el que se sienta con inteligencia, arrestos y capacidad mejore nuestra obra.
Puesto a consideración de los congresistas el dictamen es aprobado unánimemente con
la adición siguiente:
Adición aprobada por el Congreso al dictamen sobre «Concepto Confederal del
Comunismo Libertario», que pasa a referéndum de los Sindicatos para su aprobación o
rechazo: En vista del poco tiempo de que ha dispuesto esta Ponencia para la redacción
del dictamen, proponemos se nombre una Comisión compuesta de cinco camaradas, los
cuales, ateniéndose a las líneas y principios señalados en este dictamen, elaboren,
debidamente articulado, un dictamen más completo en su forma y con los asesoramientos
técnicos debidos. Si el Congreso así lo acordase, este trabajo debería de estar hecho en
el término de dos meses a partir de la aprobación del presente.




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