ARMAND GUERRA, UN DIRECTOR ANARQUISTA

Cine Anarquismo
1936: colectivización de la industria cinematográfica

ARMAND GUERRA, UN DIRECTOR ANARQUISTA

Cronología

José Mª Estíbalis Calvo, nacido en Valencia el 4 de enero de 1886, conocido con Armand Guerra.

Su familia: no se sabe de sus padres ni de sus orígenes, sólo que tenía un hermano más joven, Vicente. Trabajaron juntos un cierto tiempo; antes de la guerra de España Vicente se marchó a América, seguramente a México. Nunca se ha sabido nada de él.

Su juventud: en un artículo de prensa escrito por mi padre dice haber pasado su niñez con curas y frailes. Monaguillo de la iglesia de San Nicolás de Valencia, entra interno al Seminario. Cree entonces en todos los misterios de la religión y en un Dios todopoderoso. Más tarde, asqueado de la conducta de los representantes de esa Iglesia, abandona todo y se dedica a la imprenta y al teatro, y no volverá a pisar ninguna iglesia.

Más tarde: muchos periodos de sombra.

1913: en París rueda diferentes películas de cine mudo: Les miséres de l’aiguille, con Musidora de protagonista; Un cri dans la jungleLe vieux dockerLa Commune I, con fondos de la cooperativa Le Cinéma du People, que fue su obra.

1917: Rusia, la Revolución. Los bolcheviques. Sobre poco más o menos dos años, pero no tengo ningún documento. Sólo sé que hablaba muy bien el ruso.

1919 o 1920 a 1923?: Armand Guerra, escribe él mismo, es muy joven y entusiasta de su profesión. Recorrió toda Europa, una parte de Asia Menor (realiza un documental en Turquía) y África del Norte. Trabajó en muchos países.

1920 o 1923 a 1932?: periodo alemán. Trabaja para la UFA en los estudios de Berlín (Babelsberg). Hace todos los oficios de cine (rotulador, director de doblaje, productor, realizador, guionista, actor). En 1925 trabaja en los primeros ensayos de cine sonoro y presenta en Valencia algunos documentales sonoros en 1926. Mi padre escribe haber vivido doce años en Berlín, pero siempre yendo y viniendo a España. En 1932, las leyes proteccionistas de Hitler le hacen regresar a Madrid.

1932: toma por compañera a mi mamá Isabel Anglada Sovelino, nacida en Madrid el 5 de marzo de 1902.

1934: el 21 de marzo de 1934 nace su hija Vicenta.


"Carne de Fieras"

1932 a 1935: Armand Guerra, con su hermano Vicente, trabajan para el Cine Popular Español. Intentan abrir unos estudios de cine en Valencia y Madrid, pero fracasan por falta de dinero.

1936

16 de julio: empieza el rodaje de Carne de fieras en Madrid. La sublevación fascista había empezado. De ideología anarquista, Guerra pertenecía a la CNT-FAI. Acaba rápidamente su película, que deja sin montar, para participar en la Revolución con sus armas, la cámara tomavistas y su pluma de periodista.

18 de julio: es el principio de A través de la metralla, donde Armand Guerra evoca su recorrido de guerra, que pasaba como folletín en un periódico madrileño –no sé cuál- y después salió el libro impreso por Talleres editoriales ¿Guerri, de Valencia, distribuidora Ibérica? Hay algunos ejemplares en España, pero yo no tengo ninguno, sólo tengo las fotocopias de los periódicos de la época. Según la directora de la Biblioteca Universitaria de Valencia, esos talleres editoriales eran de los anarquistas de Valencia.

27 de septiembre: salida del equipo de rodaje para realizar primero una gran película para marcar la epopeya revolucionaria del movimiento, que después se transformó en la más modesta Estampas guerreras, que se ha perdido.

1937: mi padre nos evacua con mamá y mi abuelita (toda nuestra familia) a Valencia, donde vivimos unos meses, pues en Madrid ya había muchos bombardeos. El 19 de noviembre nos acompaña a París con un pasaporte hecho en Valencia y, en seguida, se vuelve a Valencia a continuar con su misión.

Desde el mes de noviembre hasta febrero de 1939, fecha en que regresa a París, no sabemos nada de él. Pensamos que estaba en Valencia y que iba y venía a Francia, pero nunca vino a vernos para no comprometernos. Él ha procurado siempre proteger a su familia. Llega a París destrozado, enfermo, sin papeles y, cuando se iba recuperando, se murió de repente de una crisis cerebral el 10 de marzo de 1939, a los 53 años. Su hija Vicenta tenía cinco años.

Vicenta Estíbalis


Algo sobre la cooperativa UCCE - (Popular Film, 28/03/35)

En un interesante artículo aparecido en el número 447 de Popular Film, correspondiente al 14 de marzo corriente, titulado Elogio de la cooperación y firmado por V. Gómez de Enterría, su autor me rinde el honor de citarme recordando un artículo mío publicado en esta revista hace algunos años. Yo agradezco al culto firmante su buena memoria, máxime cuando ello me muestra que todavía hay quien me lee y me recuerda –cosa esta más que rara en nuestra confraternidad cinematográfica de España-.

Ahora bien, fiel a mi inveterada manía de emborronar cuartillas en mis ratos de ocio, me permito enviar el presente articulito a la dirección de Popular Film, esperando tener la suerte de que, abarrotados los centros de papeles y no pudiendo dar cabida en ellos a mi prosa, se desembarace de ella estampándola en cualquier modesto rincón de la revista.

En primer lugar, allá va mi felicitación al colega V. Gómez de Enterría por su entusiasmo alentador para con la UCCE, cuya existencia ignoraba yo, a causa de mi misantropía cinematográfica temporal.

La fundación de mi cooperativa en París, a que alude el colega, y que se titulaba Le Cinéma du Peuple, no fue ni mucho menos obra de titanes. Todo consistió en que, debido a los caprichos geográficos, París no forma parte del territorio español y, por consiguiente, los españoles no pueden meter baza. Lo que no deja de ser una suerte para el desarrollo de las iniciativas.

A raiz de un éxito que había conseguido yo -¡permitidme hacer trizas la modestia!-, único actor, director y argumentista español que actuaba en 1913 en París, con mi película Un grito en la selva, argumentada, dirigida y protagonizada por mí, vino a felicitarme Bidamant, entonces secretario de la Unión de Sindicatos de Francia, y me habló de la conveniencia de rodar películas de interés social, para contrarrestar las estupideces burguesas que los editores todos servían al público. Viendo yo en esto una posibilidad de renovación del cine -¡entonces ya!- le propuse fundar una Cooperativa entre la clase obrera, por medio de una emisión de acciones de a 25 francos cada una.

Paso por alto los detalles de organización y elaboración de estatutos, por no hacer mi artículo interminable. Lo interesante es que, dos meses después de nuestra conversación, yo me encontraba ya en los talleres de la Lux Film, de París, bulevar Jourdan, rodando la primera película para la Cooperativa Le Cinéma du Peuple, con un capital de 500.000 francos totalmente desembolsados (20.000 acciones a 25 francos). Debo añadir que entre los accionistas había obreros y patronos de las más encontradas tendencias políticas, ya que la finalidad de la entidad era hacer películas artísticas, pero no política. Muchos afiliados se quedaron sin acciones, por estar cubierta la emisión.

Nuestra primera película –en la que tuve el honor de lanzar a la Musidora como protagonista- se titulaba Les miséres de l’aiguille. Siguió a esta Le vieux docker, y luego la primera parte de La Commune, en la que hice evolucionar a un millón de comparsas en el Pré de Saint-Gervais, lo que constituyó en aquella época la primera película con grandes masas. Como asesor histórico literario tuve al antiguo communard auténtico y gran literato francés Lucien Descaves.

Todas las películas de la entidad, en particular La Commune, fueron calurosamente acogidas por todos los públicos, sin distinción de ideales ni de posición, lo que constituyó un doble éxito: artístico y comercial. Ya estaba terminado el guión de la segunda parte de La Commune cuando estalló la guerra europea y sobrevino la catástrofe para la entidad. Parece ser que las hordas nacionalistas quemaron los negativos de nuestras producciones. Y, al principio de la guerra, fue el fin de la Cooperativa productora de Le Cinéma du Peuple, que parecía destinada a cambiar el rumbo de los métodos de la producción francesa. A partir de aquella época –yo era muy joven y gran entusiasta de mi profesión- he recorrido casi toda Europa, parte del Asia Menor y del África, y he trabajado en muchos países. Pero nunca he vuelto a encontrar la ocasión de organizar una cooperativa semejante a la parisina.

Ya en 1925 trabajaba yo en Berlín en los primeros ensayos de películas parlantes, que tuve ocasión de presentar en Valencia a principios de mayo de 1926. Doce años he resistido en la capital alemana, hasta que las leyes proteccionistas cinematográficas de Alemania con respecto al ramo de la producción cinematográfica, reforzadas aún más por el gobierno de Hitler, me obligaron a regresar a España, ya que en Alemania no tenía ningún derecho, como extranjero, a trabajar en la industria del film, como hasta entonces había trabajado.

Y aquí sigo, en nuestra hermosa tierra, contemplando en silencio las producciones hispanas, muchas de ellas realizadas por unos cuantos profanos de buena voluntad, pero sin pizca de métier, mientras acuden a mi memoria los pasados tiempos –todavía cercanos- en donde mis modestas capacidades encontraban un vasto campo de desarrollo allá lejos en las frías regiones del norte de Europa.

No quiero terminar mi artículo sin desear a los elementos que integran la Cooperativa española todo género de venturas en la obra gigantesca que han emprendido.

Armand Guerra

Valencia, 22 de marzo de 1935

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